Este crimen no es una situación aislada. La mira de los ayatolás ha sido puesta sobre los universitarios desde junio, cuando salieron a las calles a expresar su descontento.
Las universidades iraníes han comenzado a poner disciplina o suspender a los estudiantes que participaron en estas movilizaciones. La agencia de noticias semioficial Mehr ha reportado que un panel presidencial ha comenzado una investigación de los currículos universitarios de los estudios de humanidades que se desarrollan en estos centros de estudios, currículos considerados no-islámicos y que son temidos por que se asume que la enseñanza de conceptos seculares ayudó a encender la revuelta política de Junio pasado. La investigación reportará sus resultados al líder religioso del país, y verdadero poder tras el trono, ayatola Ali Khamenei. Este, asimismo ha insinuado que el régimen puede purgar a las universidades de profesores sospechosos de tendencias "no Islámicas". En Agosto pasado se quejaba de que el estudio de las ciencias sociales "promueve dudas e incertidumbres" afirmando en un encuentro con profesores y alumnos que el estudio de las humanidades ha dado lugar a una "pérdida de creencias en el conocimiento sagrado e islámico".
Es significativo que varios clèrigos y oficiales de alto rango han tomado como objetivo la Universidad Islámica Azad, la cual está dirigida por la familia del expresidente Ali Akbar Hashemi Rafsanjani, un poderoso opositor moderado a Ahmadinejad. Mientras que otro ayatola, Muhammad Taghi Mesbah Yazdi, asesor espiritual del presidente, ha llegado a manifestar "Esta universidad debe una vez más ser purificada...Puede verse cuántos que no creen en la religión, el Islam o dios han acudido y se han graduado en esta universidad" (ver el New York Times de hoy
Las autoridades gubernamentales están haciendo todo lo posible por evitar que el estudiantado vuelva a clases tal y como está programado, el 23 de éste mes. Su temor no es infundado, en 1978 el shah precipitó su caída por las manifestaciones estudiantiles y a pesar de todos sus esfuerzos por impedir que volvieran a las aulas. Algo así se espera en estos días.
La debilidad de este régimen se revela con claridad en la forma como trata al preso más famoso de la cárcel de Evin, Saeed Hajarian –el principal estratega del movimiento reformista. Hajarian que sobrevivió a un intento de asesinato en 2000, está parcialmente paralizado, confinado a una silla de ruedas e incapaz de hablar. A pesar de ésto el régimen le teme. Se le ha obligado a confesar que él era el cerebro detrás de las manifestaciones post electorales: algun otro leyó su declaración en la corte pues él es incapaz de hablar.
Está lejos aún el fin de la crisis en este estado teocrático. No obstante, las fuerzas democratizadoras y reformistas se impondrán: su fuerza moral es superior a la de los ayatolás. Es cuestión de tiempo, pero lamentablemente costará las vidas que la burocracia teocrática, en su terquedad por mantenerse en el poder, considerará necesarias asesinar.
Guillermo Ladd
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