lunes, 20 de septiembre de 2010

El "dossier Dutroux" de la Iglesia católica en Bélgica: el informe Adriaenssens


"Ignóralo y él te dejará de molestar"
(Recomendación de un obispo belga a una
adolescente abusada persistentemente
por un sacerdote, aparecida en el informe de la
Comisión Adrianssens)


La sociedad belga se encontraba lo suficientemente sensibilizada como para reaccionar ante cualquier nuevo caso de paidofilia que saltara a los titulares periodísticos. Tan solo unos pocos años antes, esta sociedad, católica en su inmensa mayoría, había atestiguado con horror el juicio del caso de paidofilia más sonado de Europa, el de Marc Dutroux, actualmente en confinamiento de por vida por el secuestro, tortura y abuso sexual de 6 niñas, cuatro de las cuales terminaron siendo asesinadas.

La conmoción política que produjo el caso tiene aún algunos ecos que han podido recientemente ser observables en la conducta que la policía belga ha tenido en los casos reconocidos que señalan a la Iglesia católica y que, temerosos del peso de la opinión pública, obligaron a las fuerzas del orden a un espectacular allanamiento de algunas viviendas de altas autoridades eclesiásticas e inclusive a la búsqueda de material comprometedor en la tumba de un cardenal ya fallecido e involucrado aparentemente en estos delitos en el mes de Junio pasado. Hasta ese entonces era conocido el afán de la curia belga de empantanar la investigación, dilatándola para no permitir que los sobrevivientes tuvieran derecho a una justa reparación por los males cometidos contra ellos, contando para este despropósito con el apoyo abierto del ministro de Justicia democristiano flamenco, Stefan De Clerk. La respuesta de Roma ante el allanamiento fue inmediata, interpretaron el hecho como un abuso procesal, en vista que la Iglesia ya había iniciado su propia investigación -dirigida por el reconocido psiquiatra infantil Peter Adriaenssens- pero, hoy, a la luz de los resultados de la Comisión y de lo ocurrido con el obispo de Brujas, con la consiguiente avalancha de acusaciones que sobrevino después de la renuncia de éste último el pasado mes de Abril, es que se aprecia realmente las razones de la curia belga y romana, es decir, disminuir el daño a sus estructuras burocráticas y no verse afectados económicamente debido al tsunami de denuncias que se aproximaba. Del sufrimiento de las personas victimizadas por los sacerdotes ni una palabra que no sea una tibia disculpa por lo ocurrido y cada uno por su camino, como acostumbran decir, "cargando su propia cruz", frase que promueve hoy en día en quien la escuche refiriéndose a estos crímenes, un rictus de amargura por la injusticia que encierra. Y como será evidente de la lectura de esta entrada, la cruz que cargan las víctimas es de una ingente desproporción respecto de la que cargarían estos sacerdotes pederastas y sus obispos encubridores.

El reciente informe propalado por la Comisión Adriaenssens el fin de semana pasado, es una galería del horror, de obligatoria lectura -una vez aparezcan versiones más asequibles que la existente en flamenco- para el ciudadano culto, que desea informarse de primera mano del accionar de los sacerdotes involucrados, como actores del crimen sexual o como actores del solapamiento de la responsabilidad eclesial en estos delitos. Cabe mencionar que la comisión podría no haber llegado a las conclusiones que llegó si uno de los afectados no hubiera recurrido a algunas tretas que permitieron reconocer tanto el crimen cometido por su propio tío y obispo de Brujas, Roger Vangheluwe, así como la actitud protectora del ofensor por parte del cardenal entonces en ejercicio, Gotfried Daneels. Tras conocerse estos hechos, y ayudados por la inútil gritería de Roma por los sucesos de la abadía de Malinas, las personas que hasta ese momento no tenían la disposición de ayudar a los comisionados -tanto las víctimas como los sacerdotes involucrados- comenzaron a hacerlo, seguros de poder encontrar justicia a sus reclamaciones o paz para sus conciencias, puesto que sus dirigentes eclesiales no se la hubieran dado jamás, deseosos como estaban de ocultar los resultados de la investigación que la presión social les obligó a iniciar de mala gana.

Cuáles son los resultados a los que llega el informe de la Comisión Adriaenssens? Haremos un esfuerzo por resumir el mismo, recurriendo a lo que se ha publicado en la prensa y en la red. Los casos denunciados se remontan hasta 1930 y tuvieron un mayor impacto en la década de los 60s y 70s. Fueron afectados 327 varones y 169 mujeres, mientras debido a la anonimidad de la información, se desconoce el sexo de 19 víctimas. La edad promedio de la víctima cuando comenzó el abuso era de 12 años, aunque la de menor edad tenía dos años de edad, cinco niños tenían cuatro años, ocho cinco años, siete seis años y 10 tenían siete años, lo cual habla de las preferencias del abusador por niños de temprana edad. No hubo distrito eclesial, o parroquia que no tuviera por lo menos a un sacerdote involucrado y en algunos casos éstos podrían contar entre sus víctimas, cinco, diez o hasta veinte niños en algún caso. De este número de víctimas que se aproxima al medio millar, 13 terminaron sus vidas a través del suicidio, lo que singulariza a este informe con respecto a otros propalados en EEUU, Alemania, Italia, Austria, Canadá, Irlanda o Australia en los cuales tan alta tasa de suicidio no se había presentado. Otros 6 intentaron suicidarse y la pareja de una de las personas afeçtadas se suicidó debido a su incapacidad para manejar el problema. El tipo de abuso sexual supone en una pequeña proporción tocamientos, siendo más frecuentes la penetración anal, vaginal u oral, lo cual el informe ha recalcado para ilustrar la verdadera magnitud de lo sucedido.

Los testimonios recogidos por el informe dan fe del intenso sufrimiento de los sobrevivientes, su lucha para acabar con las consecuencias que tuvo en sus vidas y en las de sus familias el abuso al que fueron sometidos y la desesperanza vivida en esos años. Muchos padecieron de desórdenes mentales o de problemas físicos relacionados con el abuso. Uno de estos testimonios explica con claridad la actitud del sacerdote ofensor y el terror infligido sobre un niño que inocentemente creía en sus amenazas: "Si se lo cuentas a tu Scrumpadre, él te hará lo mismo que yo", dice uno de los sobrevivientes de quien no resulta difícil imaginar el terror experimentado, infligido por quien tenía el deber de proteger su alma. El escándalo, como ha sido conocido en otras situaciones nacionales, que vienen dándole al asunto ribetes globalizantes en la actualidad, compromete a toda la jerarquía eclesiástica belga, desde los sacerdotes de parroquias rurales hasta el mismo primado de la Iglesia Belga, monseñor André Leonard, pasando por otro cardenal y varios obispos resultando paradigmático el caso de Vangheluwe, quien abusara durante años de su propio sobrino. Lo llamativo es la respuesta social ante el fenómeno: sólo los afectados son los que han presionado o recurrido a tretas mediáticas para conseguir que la sociedad belga en su conjunto preste la atención debida a este bochornoso espectáculo, el resto de la sociedad no ha expresado su descontento, paralizados -quién sabe- por lo que ellos mismos creen, como efecto de un adoctrinamiento de siglos: que los sacerdotes son intermediarios entre el mundo y la divinidad, situación que los hace intocables.

Hasta el año 2009 el afán encubridor poco a poco desembozado en una comisión eclesial que no funcionaba obligó a la renuncia de la magistrada que la dirigía, Godelieve Haselberghe, y a denunciar a la prensa los resortes psicológicos que movían a la curia a no reconocer su culpa y menos a indemnizar a las víctimas. De su correspondencia con el conocido obispo de Turnai, Guy Harpigny, la magistrada refiere que este singular personaje habría llegado a afirmar: "los sacerdotes y religiosas pertenecen a una casta superior a la de los que no han pronunciado los votos y quienes se encuentran en una casta superior no están sometidos de ninguna manera al pago de indemnizaciones". A lo que se añade que como resultado de la comisión previa a la de Adrianssens, por lo menos en 50 casos el cardenal de entonces, Godfried Daneels, se negara a considerar el reconocimiento de faltas y por tanto de indemnizaciones: los intereses terrenales de los sacerdotes belgas estaba en primer lugar, su dinero era más importante que el sufrimiento de las víctimas.

Y no sólo son estas distorsiones engañosas las que promueven la actitud de los sacerdotes, también tienen de su parte al aparato estatal: a pesar de todo el escándalo, el ex-obispo Vangheluwe se apresta a recibir una sustanciosa pensión de 2,800 euros, por cuenta del estado en virtud del concordato existente entre el Vaticano y Bélgica, equivalentes al 75% de su salario habitual cuando se encontraba en ejercicio del obispado y ante esto el portavoz del ministro de Justicia belga reconoce que al ex-obispo le asiste el derecho debido a su larga trayectoria como prelado. No obstante, ha trascendido que buena parte de sus ingresos, Vangheluwe los habría estado destinando a sobornar a la familia de su hermana, madre del sobrino de quien abusara durante largos años, hasta conseguir que la justicia belga no pudiera comprometerlo en vista de que, para las leyes de este país, el delito de abuso sexual prescribe diez años después de que el afectado llega a la mayoría de edad.

La conclusión final de la Comisión es soberbia, pero impracticable a la luz de lo que viene ocurriendo: "Las víctimas merecen una iglesia con coraje que no tema confrontar su vulnerabilidad, reconocerla y cooperar en encontrar respuestas saludables". Conclusión impracticable dados la engañosa concepción que de sí mismas tienen estas personas, los intereses económicos que manejan y la esencial ausencia de una virtud que pregonan sin poseerla, caridad.

Guillermo Ladd

jueves, 16 de septiembre de 2010

Terry Jones y la respuesta global: la nave de los locos



"Donde ellos quemen libros, terminarán quemando personas"
Heinrich Heine

No resulta sorprendente que en esta época global una noticia adquiera una vertiginosa difusión y que este hecho sea aprovechado por quienes tienen la audacia o estupidez suficientes (no nos extrañe que ambas situaciones pueden, dado el caso, ser totalmente intercambiables) como para conseguir sin mucho esfuerzo el minuto de fama necesario para propalar una ideología, hacer propaganda de algún producto mercantil o cultural o simplemente para reventar el bombo de la propia y menguante autoestima.
En Norteamérica, la situación se pone de relieve ante la falseada imagen de democracia que quieren dar al mundo, queriéndonos convencer que la adhesión a la primera enmienda de su Constitución le permite al individuo la expresión irrestricta de sus libertades de opinión. Como queda claro de lo ocurrido en estos días el ciudadano norteamericano no tiene libertad para expresar lo que desea: la presión social basada en los temores que el terrorismo internacional ha logrado infundir en la sociedad norteamericana en este como en recientes ejemplos (recordemos Guantánamo, la mezquita del Nivel Cero,etc.) han convertido en letra muerta lo mejor de la jurisprudencia norteamericana.
Tampoco resulta sorprendente que en estas épocas de creciente incertidumbre losdesesperados de toda laya, desde las emboscadas que los meandros de sus mentesdebilitadas les dan como respuesta, ofrezcan -cada cual mejor que otros- una solución a las tragedias que atraviesan el cuerpo entero de la humanidad. Ellos se buscan entre sí, basándose en la concurrencia de la creencia en común, por lo general política o religiosa: lo grave es cuando lo religioso adquiere carácter político, pues en este caso tenemos las garantías suficientes como para conseguir incendiar la pradera con una ridícula chispa de intolerancia y que esto adquiera dimensiones planetarias como sucede en estos días.
Es así que un personaje insignificante globalmente, como el Pastor Terry Jones, y susingular culto de 50 personas afiliados en el Dove World Outreach Center (http://www.doveworld.org/) han conseguido atraer a la opinión pública mundial organizando un infame Día Internacional de la Quema del Corán, que debía efectuarse el día de hoy, noveno aniversario del ataque de Al Qaeda al World Trade Center. La presión global no parecía haber funcionado, pues ante las expresiones de la secretaria de estado Hillary Clinton, del mismísimo Benedicto XVI, del presidente afgano H. Karzai, de representantes de la Unión Europea o de las Naciones Unidas o del propio presidente norteamericano B. Obama, Terry Jones parecía dirigirse, con el mostacho enhiesto, hierático él, cual moderno Moisés -con quien gusta se le compare, según dicen sus ex-adeptos-, hacia el cumplimiento inexorable del deber que en la tierra le ha encomendado su hacedor, es decir, impedir el crecimiento del islam, una religión de notoria estirpe diabólica según dicen sus propias pancartas. La pregunta clave, dado el ambicioso Armageddon en el que se encuentra inmerso este personaje con la pretensión de lavarle el cerebro a 1,500 millones de personas en el mundo, se la han hecho varios periodistas en cuanta ocasión han podido, ¿No está loco este hombre? El ha respondido con la arrogante convicción del alucinado que no, que ésta, la hoguera del Corán, es el único camino posible para conseguir detener la creciente influencia que el Islam tendría en la vida cotidiana de los norteamericanos y, porqué no decirlo si su culto tiene ambiciones universales, en la vida de todo ser humano.
Tampoco pudieron arredrarlo las advertencias (inoportunas, pues más inteligente habría sido ignorar al personaje) del general David Petraeus, jefe de las fuerzas armadas norteamericanas en Afganistán, quien advirtió que estarían en peligro la vida de los soldados que combaten en esa región (!?) de llevarse a cabo la quema del Corán. Ni tampoco los vaticinios más realistas del secretario general de la Interpol, Ronald Noble, quien llegó a afirmar esta semana que "si la quema del Corán sigue adelante tendrá trágicas consecuencias, incluso la vida de muchos inocentes", aquellos que, por supuesto, correrían por parte de los jóvenes islámicos arrastrados a la respuesta inflamada contra Occidente por quienes dirigen en el mundo árabe la religión organizada: las decenas de muertes que ocurrieron tras la "crisis de las caricaturas de Mahoma" es prueba suficiente de que así sucederían las cosas sea en Teherán o Somalia. Ni menos pudieron asustar al pastor las expresiones hostiles que en diversos lugares del mundo musulmán han venido dándose en su contra, en las que se vienen quemando muñecos con su fotografía: Jones ahora camina armado con una pistola calibre .40, por si se hace necesaria emplearla contra enemigos, a quienes también les resultaría más sensato ignorar al recalcitrante Pastor pentecostal.
Pero, ¿qué es lo que pasa tanto con Terry Jones, con importantes líderes de opinión ydirigentes mundiales desorientados ante la sensación de indefensión que la labor de zapa de Al Qaeda ha conseguido remachar victoriosamente en su psiquismo? ¿qué ocurre con las masas musulmanas enervadas por líderes religiosos incapaces para percatarse o interesados en no ver la galopante patología del relusivo pastor? ¿qué ocurre con los medios periodísticos que han dado espacio a un loco de dios, animado por un perverso odio hacia otros seres humanos y sus símbolos, sin el más mínimo sentido de crítica hacia lo que estaban inconscientemente ayudando a crecer? ¿Cómo es que tanta gente ha perdido la brújula de la racionalidad sin percatarse del mensaje que tristemente para la humanidad se han encargado de difundir a todos los Terry Jones que se encuentran agazapados en las sombras esperando su minuto crucial al estar las condiciones creadas para que sus futuras apariciones -que no lo dudemos, continuarán ocurriendo dado el ejemplo de Jones y la poco sensata respuesta de quienes dirigen el mundo- sucedan en su momento?
Viene a la mente, orillando todo este desagradable asunto, un célebre cuadro de ElBosco, la Nave de los Locos, en el que un grupo de hombres y mujeres que representa a la humanidad se dedica al ejercicio de sus pasiones sin reticencias ni crítica, ciegos ante el inminente naufragio de la nave y sin que medie la solidaridad para conseguir salvarse. Dicha nave estaba adornada con una bandera que traía consigo impresas, premonitoriamente, como atisbo de la genialidad del célebre pintor flamenco...la cruz y la media Luna.Guillermo Ladd.

sábado, 2 de enero de 2010

Kurt Westergaard y el coraje de enfrentarse al Islam armado con sólo una pluma

"No hay bromas en el Islam. No hay humor en el Islam.
No hay diversión en el Islam"
Ayatolá Khomeini

Ayer por la noche Kurt Westergaard, caricaturista danés de 74 años, sufrió el tercer intento de asesinato en su contra desde que tuvo la ingenua osadía de publicar, junto con otros once colegas suyos, el dibujo que reproduzco antes del epígrafe en el diario de centro derecha danés Jyllands-Posten en setiembre del 2005, desencadenando la crisis danesa de las caricaturas blasfemas. Esta vez fue un joven somalí que, armado de un puñal y un machete irrumpió en su casa de Aarhus mientras gritaba ¡Venganza! y ¡Sangre!. Felizmente Westergaard tenía dispuesto en su vivienda un panic room para estos casos, así que una vez conocidas las intenciones del somalí se atrincheró en la misma y llamó a la policía. El enfrentamiento con las fuerzas del orden no fue largo, pero la negativa del hombre a rendirse así como su ataque a uno de los policías obligaron a éstos a dispararle en la mano y rodilla para contenerlo. Los reportes policiales hablan de que el atacante se encontraría cercanamente vinculado al grupo terrorista somalí Al Shabab, así como a la rama de Al Qaeda del África oriental.
A pesar del tiempo transcurrido los islamistas ofendidos no ceden en su empeño de vengar la blasfemia a pesar de las disculpas dadas tanto por el periódico como por el primer ministro danés Anders Fogh Rasmussen. Como vemos en la presente entrada otros connotados caricaturistas ofrecieron sus respectivas visiones del profeta Mahoma, pero se encuentran relativamente seguros siendo Westergaard el único que continúa acosado por los propulsores de la fatwa. Ya en febrero del 2008 tres personas fueron detenidas luego de una entrevista que el artista efectuara en la que denunciara su temor a perder la vida: “Por supuesto que temo por mi vida -afirmó en ese entonces-luego que la PET (el servicio de Seguridad e Inteligencia danés) me informara que existían planes concretos de algunas personas para asesinarme. Sin embargo, he transformado mi temor en cólera e indignación. Me llena de rabia la falta de correspondencia entre un día de actividad cotidiana perfectamente normal como los que acostumbraba tener para efectuar mi trabajo y los mil que he recibido de éste abuso desde que esta locura se desató". La policía danesa arrestó a dos hombres tunecinos sospechosos de complotar para asesinar al dibujante; ninguno fue acusado: uno fue deportado y el otro fue liberado recientemente luego de ser rechazados los esfuerzos de la PET por expulsarlo de Dinamarca. En octubre pasado, dos hombres fueron detenidos en Chicago bajo los cargos de planear matar a Westergaard y al ex-editor cultural del periódico, estándose a la espera del inicio del juicio en su contra. Desde entonces Westergaard vive con custodia policial permanente y probablemente continuará así el resto de su vida.
De nada le han valido sus explicaciones así como las justificaciones de su célebre caricatura "Mi dibujo fue un intento de exponer a aquellos fanáticos que han justificado un gran número de ataques terroristas, asesinatos y otras atrocidades basándose en la palabra de su profeta. Si muchos musulmanes creen que su religión no aprueba estos actos, podrían haberse manifestado y declarado que los hombres que ejercen la violencia no representaban el verdadero significado del Islam. Muy pocos lo hicieron". Aún en el atentado de ayer sólo un poco conocido grupo musulmán danés se ha manifestado en rechazo del ataque.

La crisis danesa se ha convertido en un hito de la defensa de la libertad de expresión y probablemente tanto sus prolegómenos como su desarrollo han sido poco conocidas. Un breve resumen será entonces pertinente, como el propio dibujante nos lo hace en una intervención efectuada en la Universidad de Princeton en Octubre de este año (ver Creeping sharia) al cual remito.

En los meses previos a la publicación de las caricaturas, los islamistas habían lanzado una serie de ataques contra la libertad de expresión en Europa y particularmente en Dinamarca. El juicio por el brutal asesinato de Theo van Gogh a manos de un musulmán radical estaba aún presente en la memoria de los europeos. En Copenhague era imposible encontrar un artista que quisiera ilustrar un libro para niños acerca de Mahoma que pretendía publicar un conocido escritor danés, Kare Bluitgen; un concierto fue cancelado debido a que radicales musulmanes reclamaban se tocaría música antiislámica; un disertante de origen judío que iba a dar una conferencia en la Universidad de Copenhague fue secuestrado a plena luz del día por un grupo de árabes y agredido violentamente por recitar el Corán como parte de su curso. Ante esta situación fue que el editor cultural del Jyllands-Posten creía imperativo poner a prueba la amplitud de la libertad de expresión de la que efectivamente gozaban los daneses, lo que incluía el derecho de tratar al Islam, a Mahoma y a los musulmanes exactamente como lo harían con cualquier otra religión, profeta o grupo de creyentes. Si ya no podían ejercer ese derecho, podría concluírse que el país había sucumbido de facto a la shari'a. Es así que publican las caricaturas que aparecen en esta entrada.

Los hechos devenidos en los meses siguientes constituyeron una de las peores crisis diplomáticas del estado danés: una ola de protestas se generó en el mundo musulmán, algunas de las cuales generaron violentos enfrentamientos que dieron cuenta de más de 100 muertos; se incendiaron varias embajadas danesas en Siria, Líbano e Irán, se atacaron edificios europeos y se prendió fuego a banderas danesas, holandesas, noruegas y alemanas en Gaza. A pesar de las invocaciones de algunos líderes islámicos para que las manifestaciones fueran pacíficas, otros líderes como Mahmoud al-Zahar de Hamas, manifestaron amenazas de muerte contra los caricaturistas. Aparte de las huelgas y boicots contra los productos daneses efectuados en los principales países musulmanes, para no hablar del mismísimo Osama bin Laden amenazando a la Unión europea si se atrevían a reimprimir las caricaturas.

El intento de asesinato contra Kurt Westergaard nos plantea una definición radical insoslayable: qué es más importante el aniconismo musulmán y su observancia de no efectuar imágenes del profeta, menos aún cuando las reproducciones son blasfemas como las caricaturas de Mahoma publicadas por el periódico danés han sido calificadas por los adeptos al Islam o la vida de un hombre? El lector sabe ya cuál es la respuesta de éste blogger, cuál será la suya?

Pero dejemos las palabras finales al propio Westergaard, quien describe otra caricatura suya publicada en plena crisis y que habla bien los sentimientos que lo embargan, entre los que no se encuentra evidentemente el arrepentimiento, imposible en ocasiones como ésta: "Me encuentro hacia la derecha. Mi cabeza está próxima a explotar de rabia por el insulto hecho contra mi persona. Al mismo tiempo siento rabia por las acciones terroristas efectuadas en New York, Madrid y Londres... A la izquierda he añadido la vieja caricatura de Mahoma, debido a que todo comenzó con ésto. El conejo simboliza mi propio coraje personal, el cual no es muy grande. Es parte de mí, quien preferiría quizás salir huyendo, al no poder controlarlo todo". Lo que mil hombres, millones, o aún la humanidad entera piense de sí misma y de sus dioses no valdrá nunca lo que la vida de un solo hombre.

Guillermo Ladd

domingo, 27 de diciembre de 2009

Ashura y la oposición iraní a la teocracia de los ayatolás


La fecha no podía ser más propicia. Las calles de Teherán, Qum y otras ciudades importantes de Irán se han visto rebosadas por miles de opositores al actual régimen teocrático en una fecha de honda trascendencia religiosa, la celebración de la Ashura, que conmemora el martirilogio de Husayn ibn Ali en la batalla de Karbala, hecho histórico que data del 680 de nuestra era y que consolidó la partición del islamismo entre sus corrientes más importantes: el shiísmo y el sunnismo.

Habitualmente el creyente, observa estos días como fechas de contención espiritual, ayuno y flagelación (como las insólitas zanjeer matam, en las que los fieles se flagelan el cuerpo con cadenas, como podemos ver en la fotografía superior).

En esta ocasión, la celebración coincide con la culminación de los funerales del Ayatolá Montezari, líder espiritual de los opositores al régimen y desde el día de su fallecimiento hasta hoy las calles han estado bullentes de banderas verdes y de arengas contra lo que los manifestantes consideran una dictadura, conformada por los clérigos triunfantes en la revolución de 1978. Las noticias son difíciles de despachar a las agencias internacionales debido a que el régimen ha impedido que éstas tengan autorización para una cobertura imparcial de los hechos, además controla la difusión de noticias por Internet e inclusive la telefonía móvil. Sólo Washington Post, a través de un reportero free lance ha podido obtener algunas fotografías de lo sucedido el día de hoy: por lo menos 15 muertos, entre los cuales se encuentra el sobrino del líder de la oposición Mir Hussein Mousavi, más de 60 heridos y 300 detenidos.
Un video tomado por un manifestante es ilustrativo del fervor popular enfrentando en las calles de Teherán tanto a la policía como al infame cuerpo paramilitar de los basij.



“Ashura es un día simbólico en la cultura iraní, pues revive la noción de que inocentes fueron asesinados por un villano” dice Fatemeh Haghighatjoo, ex miembro del Parlamento iraní. “Matar personas durante la Ashura demuestra cuán lejos se encuentra dispuesto a llegar el Ayatolá Khamenei para suprimir las protestas".



La oposición, burlada en las elecciones de Junio pasado, sabe lo que quiere: el fin del régimen teocrático y la secularización del estado iraní; en otras palabras, escapar de la cárcel medioeval como forma de vida a la que los clérigos chiítas han condenado a la población iraní. Por cierto, el régimen no está pronto a caer, pero la paranoia de sus líderes no tardará en hacerles cometer los errores necesarios para el derrumbamiento de esta inútil teocracia: los esfuerzos por conseguir fabricar armas atómicas, se explican por la necesidad de mantener el control de la población así como hacer coincidir las energías políticas contra los enemigos externos. Esperemos que las fuerzas de oposición sepan librarse de este peso muerto y consigan la caída del régimen antes de que éste logre tener capacidad disuasoria nuclear.

Guillermo Ladd

sábado, 26 de diciembre de 2009

Reconstruir la Navidad



No ha de pasar mucho tiempo en que mi nieta, aún pequeña, preguntará y con sus cuestionamientos me avergonzará de mis propias contradicciones como humano. Es algo para lo cual vengo preparándome. Y aunque sé que serán menos las certezas que las incertidumbres que encontrará en lo que le diga, tengo la impresión de que es mejor así antes que llenarme la boca con falsas certezas o con una serie de engaños deliberados, aunque sean bajo la forma de una mentira blanca que al único que podrían tranquilizar sería a mí. Le dejaré las mismas preguntas que mi abuelo y mi padre me dejaron y que tampoco supieron responder cuando yo, siendo niño, los emplacé a que contestaran. ¿De dónde somos? ¿A dónde vamos? ¿Para qué vivimos? ¿Por qué nos afanamos en querer vivir más si no tenemos respuestas a las tres preguntas anteriores? O las que, cuando crecí y viví lo que ellos ya no pudieron evitarme como sufrimiento, traje conmigo bajo la guisa de otras preguntas, las que se hace uno cuando le ha tocado el dolor de vivir ¿Por qué existe el mal encarnado en otros hombres iguales a nosotros? ¿Por qué amar no es suficiente para conseguir la concordia entre los miembros de nuestra especie? ¿Por qué el enamorarnos está basado en esta suerte de autoengaño al que cerebro y genes nos exponen con inusitada crueldad? ¿Por qué asumimos, debido a nuestra impotencia ante lo despiadado del universo, que es un dios quien lo ha creado, un dios a quien no le importa nada lo que nos ocurre?

No le mentiré entonces, aunque mi excesiva sinceridad pudiera trasuntar el inicio de la ansiedad en su vida. Y no le mentiré porque estoy convencido de que las respuestas que le han de ofrecer personas que nunca la querrán como yo, sólo buscarán adormecer su conciencia haciéndole creer que buscar más respuestas es inútil, pues ellos ya las tienen todas consigo bajo la forma de una doctrina o un dogma. No, María Paula. No te fíes nunca de las respuestas fáciles. No te fíes de quien no busca más respuesta que las que le han sido dadas por una especie de cenáculo que se impone al resto de la humanidad, en un arrebato de conocimiento nunca comprobable pues sólo es producto de un magín exacerbado. No creas en quien dice tener las respuestas a todo, es alguien que se engaña y que no puede estar solo en ese engaño, requiere de compañía…niégate a acompañarlo. Dile, como Machado "¿Tu verdad? No, la verdad. Y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela". Pues esa actitud que nos sugiere el poeta es la única válida en este mundo incierto en el que siempre habrá un hambre interminable por respuestas y un millón de generosos proveedores dispuestos a saciarla.

Estos días, por ejemplo, son la expresión de un gran engaño colectivo. Todo en las festividades de Navidad es falso, excepto por supuesto el hecho natural del nacimiento de un niño, al que se le ha llamado Jesús. La fecha, el lugar, la maternidad inmaculada de María, la paternidad putativa de José, el pesebre con el buey y el burro calentándolo, la imposible estrella de Belén, la adoración de los Reyes efectuada años después del nacimiento, la masacre de los inocentes perpetrada también corridos los años, todo no es sino un hermoso cuento que ha ido construyéndose con el paso de los tiempos. Un cuento creado por una institución vigilante de las vidas de los seres humanos, quienes no tienen sino una moral y un sentido vital que ésta querrá siempre imponer por la fuerza, como antaño, o por la componenda como hoy.

Una entrañable amiga mía, me define como un aguafiestas, es decir aquella persona que turba cualquier diversión o regocijo. No pude desmentirla, lo soy. Cuando veo a mis familiares, a mis amigos, a buena parte del mundo, afanosos por esta celebración siento las ganas de unirme a ellos y compartir en mi mente el mismo cuento dichoso que habla de las maravillas de un ser humano nacido bajo circunstancias tan excepcionales como imposibles, y por breves momentos, bajo el efecto del amor expresado en los regalos que recibo, de la conmoción que producen en mí las canciones y villancicos que conmemoran el hecho, de la champaña, de los cohetes que revientan fervorosos en mis oídos, logro entender porqué las personas evitan encontrarle un significado ulterior a toda ésta ilusa parafernalia. Es preferible contar con un día cuando menos al año en el que creamos que existe la felicidad en el mundo, aunque realmente no exista salvo en brevísimos momentos; en el que los hombres somos por un instante hermanos uno del otro, aunque luego nos matemos sin misericordia por lo estrecho de los recursos que nos disputamos; en el que un dios inexistente se compadece de nosotros y nos hace creer que le importamos. Es preferible el sentido de este cuento que recordamos cada año a tener nada, dicen sin expresarlo nunca todos ellos, mis familiares, mis amigos, buena parte del mundo. Y, aunque nunca me burlo de ellos, trato de parecerles interesado en lo que celebran aunque no lo comparta. Preferiría que fuera real todo aquello que ellos sueñan en su dulce cuento; lo preferiría porque al día siguiente veo con triste sorpresa que el cuento lo han olvidado y vuelven a las sombras de sus vidas cotidianas, en donde el amor o no existe o sólo es el interés de una cuenta a pagar. Total, el niño ya nació y no queda nada más por celebrar.

Guillermo Ladd

martes, 1 de diciembre de 2009

El absurdo referéndum suizo y la islamofobia en Europa



La estupidez humana se manifiesta de tan variada manera que podría hacerse una selección de las más notables muestras de ella y extraeríamos para estos fines muchos ejemplos relacionados con la temática religiosa. En esta ocasión traigo como muestra el reciente referéndum propuesto en la democrática y secular Suiza que ha tenido como fin añadir a su constitución la expresa normativa de que no puede elevarse en los cielos de éste país europeo un signo reconocido de la religiosidad musulmana como lo es el alminar. La fotografía que encabeza este artículo es bastante ilustrativa: contrastando con la oscuridad del cielo nocturno suizo, se alza un iluminado alminar del tamaño de un edificio pequeño como el adyacente. En todo Suiza sólo existen dos de éstos ejemplares, uno en Ginebra, otro en Zurich; en ninguno de los dos se ha autorizado su empleo para los fines que tiene en los países árabes, a saber, que el almuédano convoque a los creyentes a los ritos musulmanes desde la altura del ahora prohibido elemento arquitectónico. En Berna, la capital suiza, la mezquita mayor se encuentra ubicada en la parte posterior de un estacionamiento para automóviles, lo cual dice a las claras cómo se ubica en el entorno citadino esta religión. Y nos puede hablar bien, asímismo, de como se ubican los musulmanes en esta sociedad: en el traspatio de Europa, gracias a la negativa de integrar al ciudadano de creencia musulmán a la corriente modernizadora del viejo mundo.

Si bien es cierto la propuesta de referéndum fue planteada desde la extrema derecha por el Partido Popular de Suiza (UDC-SVP) -el más votado con el 29% votos en las elecciones federales pasadas y que ahora ha conseguido convencer al 57% de la población suiza de éste despropósito-, los adherentes se han desplegado desde el feminismo hasta la izquierda suiza, con la solitaria oposición del partido verde.

La situación no es nueva en Europa, ni está circunscrita a la neutral Suiza. Las protestas contra la apertura de mezquitas se han sucedido en distintas ciudades europeas, como Londres, Colonia o Sevilla. La extrema derecha de Bélgica, Holanda y Dinamarca ha anunciado que hará campaña para que la prohibición se implante en sus respectivos países. "Se trata", según ha declarado a Le Monde el diputado del partido belga Vlaams Belang de enviar a los musulmanes "una señal de que deben adaptarse a nuestra manera de vivir y no a la inversa" Mientras, en Holanda el líder populista Geert Wilders ha declarado "Por primera vez en Europa, la gente ha expresado su rechazo a una forma de islamización...Lo que ha sido posible en Suiza, tiene que serlo también en Holanda" (Le Monde 1.12.2009)

Esa idea de asimilación cultural subyace en la prohibición del burka o del velo islámico -de reciente discusión en Francia- pero, mientras que en la cuestión de la vestimenta sus detractores esgrimían la defensa de otros bienes jurídicos como la libertad de elección de la mujer, el caso de los alminares sólo ha sido defendido con argumentos de recelo y defensa de la identidad cultural.

La prohibición de más alminares va más allá de la supresión de un motivo arquitectónico. En realidad estas torres no son un requisito para la práctica del islam. Su ausencia no afecta a los creyentes, que pueden rezar igualmente sin ellos. La mayoría de las mezquitas en Europa no tienen alminares o tienen uno de poca altura. Las razones son diversas. En algunas ocasiones porque se han abierto en edificios preexistentes, en otras porque las autoridades han limitado la altura de las torres (recordemos a la demócrata cristiana Angela Merkel que para resolver la decisión de autorizar la construcción de una mezquita en Colonia, lo permitió bajo la justa condición de que sus alminares no rebasaran la altura de las principales cúpulas cristianas que ostenta esta ciudad). En las pocas que cuentan con él no se usa para la llamada a la oración, común en los países de mayoría islámica. El alminar, sin embargo, ha sido siempre el signo más distintivo de la presencia y pujanza islámica. El antropólogo Jordi Moreras cree que a diferencia de otros símbolos de la fe islámica en Europa, los minaretes reflejan el carácter perenne de la comunidad islámica. Para El País (2.12.2009)"El rápido cambio demográfico está detrás de los recelos. Muchos barrios europeos han experimentado en muy poco tiempo una transformación radical en su paisaje humano y arquitectónico. En algunas ciudades los inmigrantes constituyen cerca del 30% de la población. Las encuestas revelan que el 57% de los europeos opina que en su país "hay demasiados extranjeros". Y ante ese panorama, algunos líderes de opinión se han dedicado a agitar los miedos. Sus predicciones exageradas afirman que la población musulmana será mayoritaria en pocas generaciones debido a las altas tasas de inmigración y fertilidad. No obstante las predicciones más pesimistas hablan de que para 2025 la proporción musulmán en Europa no llegaría al 8% de la población total.

No nos extrañe la actitud de estos ciudadanos europeos temerosos de la pérdida de ésta, su cuestionable identidad; no reconocer al otro como igual es una actitud bastante propia de ideologías dotadas de una buena dosis de paranoia y de ésta no nos protegen ni el secularismo ni el progresismo de izquierdas como Suiza nos lo demuestra con meridiana claridad. Buena muestra de esta intolerancia hacia el diferente los musulmanes ya la tienen en sus países contra quienes no comulgan con sus creencias religiosas, de tal manera que el referéndum suizo no es sino una islamización a la inversa, e indudablemente una hecha con lo peor del Islam. Los occidentales, fuera de toda racionalidad, actúan como su contraparte musulmana negándoles a ellos la expresión de su religión a través de esta absurda negativa. Las noticias que siguen llegando sostienen que ésta actitud proseguirá en otras urbes europeas; Colonia, Sevilla, Holanda seguirán por el mismo camino abierto por el absurdo referéndum. Y después Occidente se queja de los actos insanos que los adeptos del Islam practican.

Tal vez un acto de sutil ingenio como el protagonizado por estos ciudadanos suizos inconformes con los resultados que averguenzan a su país, sea lo que quede por apoyar (ver foto) . Pues, aunque lo religioso puede no ser algo digno de respeto en toda circunstancia, la dignidad humana y el parecer del otro, aunque esté equivocado son principios eternos e inmarcesibles sobre los que se fundamenta nuestra singular naturaleza. Olvidarnos de ésto es simplemente ignorar lo que somos.

Guillermo Ladd