domingo, 27 de diciembre de 2009

Ashura y la oposición iraní a la teocracia de los ayatolás


La fecha no podía ser más propicia. Las calles de Teherán, Qum y otras ciudades importantes de Irán se han visto rebosadas por miles de opositores al actual régimen teocrático en una fecha de honda trascendencia religiosa, la celebración de la Ashura, que conmemora el martirilogio de Husayn ibn Ali en la batalla de Karbala, hecho histórico que data del 680 de nuestra era y que consolidó la partición del islamismo entre sus corrientes más importantes: el shiísmo y el sunnismo.

Habitualmente el creyente, observa estos días como fechas de contención espiritual, ayuno y flagelación (como las insólitas zanjeer matam, en las que los fieles se flagelan el cuerpo con cadenas, como podemos ver en la fotografía superior).

En esta ocasión, la celebración coincide con la culminación de los funerales del Ayatolá Montezari, líder espiritual de los opositores al régimen y desde el día de su fallecimiento hasta hoy las calles han estado bullentes de banderas verdes y de arengas contra lo que los manifestantes consideran una dictadura, conformada por los clérigos triunfantes en la revolución de 1978. Las noticias son difíciles de despachar a las agencias internacionales debido a que el régimen ha impedido que éstas tengan autorización para una cobertura imparcial de los hechos, además controla la difusión de noticias por Internet e inclusive la telefonía móvil. Sólo Washington Post, a través de un reportero free lance ha podido obtener algunas fotografías de lo sucedido el día de hoy: por lo menos 15 muertos, entre los cuales se encuentra el sobrino del líder de la oposición Mir Hussein Mousavi, más de 60 heridos y 300 detenidos.
Un video tomado por un manifestante es ilustrativo del fervor popular enfrentando en las calles de Teherán tanto a la policía como al infame cuerpo paramilitar de los basij.



“Ashura es un día simbólico en la cultura iraní, pues revive la noción de que inocentes fueron asesinados por un villano” dice Fatemeh Haghighatjoo, ex miembro del Parlamento iraní. “Matar personas durante la Ashura demuestra cuán lejos se encuentra dispuesto a llegar el Ayatolá Khamenei para suprimir las protestas".



La oposición, burlada en las elecciones de Junio pasado, sabe lo que quiere: el fin del régimen teocrático y la secularización del estado iraní; en otras palabras, escapar de la cárcel medioeval como forma de vida a la que los clérigos chiítas han condenado a la población iraní. Por cierto, el régimen no está pronto a caer, pero la paranoia de sus líderes no tardará en hacerles cometer los errores necesarios para el derrumbamiento de esta inútil teocracia: los esfuerzos por conseguir fabricar armas atómicas, se explican por la necesidad de mantener el control de la población así como hacer coincidir las energías políticas contra los enemigos externos. Esperemos que las fuerzas de oposición sepan librarse de este peso muerto y consigan la caída del régimen antes de que éste logre tener capacidad disuasoria nuclear.

Guillermo Ladd

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