sábado, 22 de agosto de 2009

El prepucio de Cristo

La elección del título para este blog, que evoca a la blasfemia asomando su fea nariz, no ha sido gratuita. Pretende resaltar una contradicción grave en la ideología católica, que como en todo credo religioso ha de presentarse: obligada la iglesia a considerar la santidad total de la figura fundadora de su credo, sus seguidores de a pie, por un lado y sus valedores teológicos, por el otro, unieron sus fuerzas para pergeñar esta interesante demostración de los desvaríos a los que nos llevan las religiones. La contradicción se ve sazonada por las implicancias sexuales que tiene este singular delirio, que no pasaron desapercibidas para las mujeres místicas que en la historia del cristianismo aparecerían en la edad media y que adoraron al santo prepucio hasta un arrobamiento lindante con el éxtasis orgásmico. Solo una fría percepción de la realidad -un don que los burócratas eclesiales no adquirieron del Espíritu Santo sino de su mundana experiencia- podría percatarse de lo peligroso de una creencia que había que extirpar a como diera lugar.

Un breve resumen antes de entrar en materia: siendo Cristo de origen judío, pasó por el ritual de la circuncisión; qué destino habría tenido esta insigne porción de piel fue materia de enconadas polémicas en tiempos ya remotos, siendo el consenso entre los doctos que, como sería el caso de los cabellos, uñas y fluidos corporales, debería haberse perdido en este valle de lágrimas sin poder ascender con él hasta los cielos tras su gloriosa muerte y resurrección. No contaban los eruditos con los mercaderes de la religiosidad -que en el catolicismo histórico son legión-, quienes basados en esta aseveración y en el interesante fenómeno de la adoración de reliquias aparecida en el medioevo promovieron la materialización del prepucio hasta conseguirlo. En algún momento se contaron más de una decena en Europa, proclamándose la ciudad italiana de Calcata como la poseedora del único y verdadero hasta su nefanda desaparición por manos criminales a fines de 1983.

Esta, sólo en apariencia, petit histoire, adquiere trascendencia cuando recordamos los nombres ilustres de quienes se consagraron a su adoración. Menciono por su importancia a Santa Catalina de Siena, quien recordando la forma anular del prepucio lo empleó como anillo en sus célebres desposorios místicos con Cristo en 1366: la leyenda cuenta que sólo ella podía verlo radiante en su dedo anular.
La burocracia eclesiástica sorprendida ante el culto que se promovía e incapaz de explicarse el fenómeno optó, no hace mucho, con amenazar que quien se refiriera a ella sin su autorización se exponía a la excomunión; además ordenó retirar del santoral la Fiesta de la Circuncisión (que se efectuaba el 1ro de Enero) y que era ocasión para sacar en procesión la admirada reliquia. Los suspicaces de siempre no tardaron en asumir que fuera algún agente vinculado con la iglesia quien la hizo desaparecer de Calcata para extraviarla en la oscuridad de los tiempos y librar a los jerarcas de Roma de una explicación que los siglos habían demostrado era imposible de mantener.

La historia del sacro prepucio este blog lo usa, por tanto, a manera de epígrafe de lo que en sucesivas entregas podremos ir alcanzando, con la colaboración del desprejuiciado lector y colaborador, en cuanto a una visión del mundo que, por lo menos en el aspecto religioso , no esté inficionada por la falacia o la desesperanza prohijadora de falacias. Esta historia resume los principales lineamientos que el blog pretende plantear como material de discusión: la natural tendencia humana al desvarío ideológico, que se expresa tanto en los fieles de base como en los inspiradores teológicos de toda religión; la otra también natural tendencia a instituir una burocracia que resguarde celosamente el rodrigón de la tradición religiosa; los aspectos causales de la conducta religiosa, vinculados en muchos aspectos con la pulsión intensa e inescapable de la sexualidad; la aparición constante en la historia de hombres con las más singulares doctrinas explicativas del mundo sin asidero alguno en la realidad y muchas veces en abierta oposición a ella.

Las últimas palabras de esta introducción pretenden ser una declaración de principios: este blogger se compromete a ofrecer una discusión abierta de la ideología religiosa y de sus efectos sobre la vida del hombre contemporáneo desde el modesto atalaya del ateísmo, libre de restricciones y prejuicios.

Agradezco anticipadamente vuestra participación

Guillermo Ladd
Psiquiatra.

5 comentarios:

  1. ¡Enhorabuena, Maestro! Felicitaciones por la iniciativa. Nos apresuramos a suscribirnos a su bitácora que desde ya avizoramos suculenta y polémica. ¡Albricias!

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  2. Estimado Doctor, al fin he podido realizar un post en su Blog, soy Tony Chávez Uceda, médico peruano, actualmente laborando en Africa. En mi vida he tenido una fase católica tradicional, luego atea revolucionaria, luego católica sinceramente devota, y finalmente, luego de un dia someter a mi fe a la simpre cuestión de la infinidad de dios, una fase atea definitiva. Intentaré aportar frecuentemente a su blog, porque me cuento entre las filas de los ateos recalcitrantes, y luego de haber visto al pérfido Ratzinger condenando a más africanos a morir de SIDA, un firme combatiente ideológico contra la decandente secta católica.

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  3. EL PREPUCIO DE CRISTO:

    Y qué decir de las loas a las heridas de cristo. Yo pensaba que lo más patético era elucubrar una oración por cada herida del nazareno, pero un día una de mis tías llegó conmovida porque en su grupo de oración se dieron cuenta de la herida más importante, la herida en su hombro derecho por cargar la cruz en el via crucis. Eureka, santa herida en el hombro derecho de cristo, cúranos. Que bacán. Si mi tía supieran que también se le adoraba el prepucio.

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  4. Bienvenido Tony a estas filas de combate antirreligioso. Los ateos no somos pocos sólo estamos aislados. Debemos participar en todo foro en el que haya un debate, en el que se pretenda asumir como correctas las posturas de las viejas religiones. La idea es generar una corriente de opinión cada vez más hegemónica que desplace paulatinamente de la conciencia humana a estas formas irracionales de ver el mundo, que nos permitan una actuación en la realidad más sana y que esencialmente nos permitan oponernos a su nefasta influencia social y cultural.

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  5. Estimado señor: he leido la entrada a su interesantísimo blog. Usted sabrá que la información que circula por internet no puede ser de fiar siempre, pero me preguntaba si sería verdad eso que en la red leí sobre "una posible explicación" del siglo XVII por un tal Leo Allatius, de que el prepucio de Cristo ascendió a los cielos al momento del ascenso de todo su ser, para luego convertirse en los anillos de saturno. Creo que si esto es cierto, si esto fue tomado en serio... ¡En esa época! podemos convenir en que la religión a algunos les hace mal.

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