sábado, 29 de agosto de 2009

Ratzinger S.A.


El dr. Ratzinger (Benedicto XVI) se ha pronunciado desde la comodidad de su residencia veraniega en Castel Gandolfo (ver foto superior) acerca del medio ambiente y de los causantes de la polución que éste sufre. La mentira o la manipulación de la conciencia de la masa (otra forma de mentira aún más grave), es lo que se descubre si le prestamos la atención suficiente a lo que afirma (ver su reciente pronunciamiento ecologista: http://www.catholicculture.org/culture/library/view.cfm?recnum=9088). Descansando cómodamente, rodeado de los miles de bienes que durante siglos la Iglesia católica saqueó, aceptó a cambio de alguna prebenda para el oferente en la otra vida o compró con dinero que indudablemente no cayó de los cielos, Ratzinger afirma lo siguiente: "¿No es cierto que el uso desconsiderado de la creación comienza donde dios es marginalizado o también donde su existencia es negada? Si la relación de la criatura humana con el creador se debilita, el asunto se reduce a la posesión egoísta, el hombre se convierte en la "autoridad final", y el objetivo de la existencia se reduce a una febril carrera por poseer lo más que se pueda". (La traducción es del blogger)

En otras palabras los ateos, no creyentes, apóstatas y otros infieles son en su interesado entender los responsables de la tala indiscriminada de las selvas vírgenes, de la negativa de algunos estados a restringir su consumo de combustible orgánico, de la desaparición despiadada de miles de especies que se encuentran al borde de la extinción, etc.

No aporta una sola evidencia de lo que dice, mientras que sus silencios son bastante elocuentes: no es el modo capitalista de producción el responsable y menos los empresarios capitalistas o sus representantes estatales. Esta falta de precisión es necesaria para los fines subalternos que Ratzinger esgrime: si mencionara nombres, sea de empresas o estados responsables; si denunciara al capitalismo como engendrador de ésta turbia situación ecológica, la acusación recaería también sobre la empresa, perdón, iglesia católica. Esta entidad terrenal, como lo puede entender una persona aún no enceguecida por el oropel religioso, posee intereses económicos a escala mundial a través de las diferentes empresas en las que participa como accionista, recibe exoneraciones tributarias por parte de innumerables estados, tiene representantes y agentes comerciales pagados por el estado, que venden un producto (la salvación eterna) y que están incluídos en los sistemas educativos por lo menos dos horas a la semana, mientras que como empresa es la única que tiene como sede un estado independiente con representación en las NNUU (!!). Será necesario otro argumento para poder entender la naturaleza ambigua del discurso de Ratzinger?

Lo llamativo de la situación, es que la segunda frase de esta cita se ajusta perfectamente a su persona como representante de esta boyante institución: reemplacemos las expresiones "la criatura humana" y "el hombre" por "Ratzinger, gerente general de la empresa católica" o resumiendo, "Ratzinger SA", para que nos percatemos que la frase se ajusta, cual traje hecho a la medida, con la peculiar conducta económica del ex-inquisidor convertido en magnate.

No obstante nuestra actitud ante la impostura papal es aún benigna si la comparamos con la de Terry Sanderson, presidente de la Sociedad Secular Nacional, quien afirma tajante: "Interesante afirmación del líder de una organización que ha saqueado el mundo para enrriquecerse ella misma. Mientras el está sentado en sus palacios dorados, rodeado de inimaginables lujos y riqueza material, pontifica al resto de nosotros acerca de la contención y la avaricia. No tenemos nada que aprender acerca del ambientalismo de este hipócrita"

Guillermo Ladd

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