lunes, 23 de diciembre de 2013

"La Navidad se canceló. Jesús fue abortado"



Las activistas de FEMEN lo saben bien, nada puede esperarse del Vaticano con respecto al derecho que tienen las mujeres de hacer con su cuerpo lo que ellas buenamente decidan. Tan sólo hace cuatro días una de las principales dirigentes de esta facción feminista internacional hizo una demostración pública en la plaza San Pedro, Roma, en la que, como es habitual en ellas, empleó su cuerpo como instrumento de propaganda. El mensaje puede resultar equívoco si se desconoce qué alienta sus manifestaciones, pero no deja de ser provocador: "La Navidad se canceló. Jesús fue abortado". Mientras algunos sectores intelectuales seculares se sienten atraídos por las inclinaciones del papa Francisco, para mujeres como las militantes de FEMEN el asunto está meridianamente claro. 

FEMEN, con este happening efectuado por Inna Shevchenko, ha venido desplazando su actividad política -inicialmente expresada con la exposición de sus cuerpos semidesnudos o desnudos
ante la opinión pública- desde la defensa de los derechos femeninos en Ucrania, al ataque de las instituciones que en su entender están detrás de la ideología que oprime a las mujeres a escala global. Tan solo el año pasado, tras la captura de tres militantes del grupo Pussy Riot en Moscú, FEMEN derribó una cruz en Kiev que simbolizaba a los miles de cristianos muertos durante el régimen stalinista (ver 
http://www.ibtimes.com/topless-pussy-riot-supporter-chops-down-cross-chainsaw-support-russian-punks-750865), mientras que en lo que va del año se han manifestado en tres ocasiones contra la Iglesia Católica: en Enero, durante el Angelus que oficiaba Benedicto XVI, en apoyo a los derechos de los homosexuales en Francia (http://www.lavanguardia.com/internacional/20130113/54360825098/activistas-desnudan-vaticano-angelus.html), en Marzo pasado para manifestarse contra la elección de un nuevo Papa y ahora ésta última . Por supuesto, su puntería no ha sido dirigida sólo contra el cristianismo, toda otra forma de religión basada en el patriarcalismo también ha estado en su mira (ver este video en Youtube http://youtu.be/oV7KMDFWqgQ).

Ahora, en acciones coordinadas a lo ancho de Europa, se han manifestado no sólo en Roma sino también en París y Madrid. En esta ciudad la manifestación se hace en medio de un clima caldeado por la recientísima ley Gallardón que limita en forma considerable la ley que favorecía el aborto que el gobierno socialista había establecido años atrás.



Pero qué puede significar esta radical manifestación, qué se encuentra detrás de la exhibición del cuerpo desnudo de una mujer, qué significa su "sextremismo" contra el gobierno Ucraniano primero y luego contra la sharía islámica, y finalmente contra la ideología que sustenta la oposición al aborto dentro del catolicismo y sus valedores políticos en España? FEMEN, según las entrevistas que han dado sus militantes a diversos medios de comunicación, reconoce que los problemas de la mujer no son propios de una formación social determinada, son globales, de allí su asalto a los medios audiovisuales a través de estas expresiones políticas que no dejan de carecer una tono marcadamente artístico en medio de su extremismo visual. "Mi cuerpo es mi arma" dicen, y aunque nos hacen recordar lo mismo que dicen los terroristas islámicos cuando se preparan para un suicidio, el mensaje está adecuadamente moderado en FEMEN: la intención es escandalizar, exhibir el cuerpo femenino para romper con la prohibición masculina que de él se hace en países dominados por burocracias serviles a sus aparatos religiosos, denunciar a estos credos religiosos como los causantes del sufrimiento de millones de mujeres a escala mundial por preceptos que se imponen sobre ellas sin haber sido previamente consultadas.

De allí que lo escrito en el cuerpo de Inna, adquiere su verdadero valor cuando se es una mujer sometida a un aparato socio-político-religioso que ignora él mismo porqué hace lo que hace. Manifestar así que la Navidad se canceló porque Cristo ha sido abortado, es una manera escandalosa,  no cabe duda, pero merecida, de denunciar cómo puede celebrarse una festividad como ésta cuando millones de mujeres están sometidas a credos ahítos de insustancialidad, que pueden en caso extremo arrebatarles sus vidas como ocurre en países como Ucrania o Perú, en donde sendas burocracias eclesiales, ortodoxa o católica, se han impuesto sobre sus respectivos estados para privarlas de las decisiones que sólo a una mujer competen.


Guillermo Ladd



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